Una fiesta teñida de blanco y rojo

Como buen navarro, me enorgullece poder compartir con todos una fiesta que no sólo ocupa la ciudad de Pamplona, la capital navarra donde se celebra esta fiesta, sino que traspasa sus murallas hacia todo el territorio nacional e internacional. Se trata de la fiesta de San Fermín o más conocida como "San Fermines".

Famoso chupinazo frente al ayuntamiento

En poco tiempo se ha convertido en una fiesta conocida universalmente en parte gracias a Ernest Hemingway que la cita en su novela "The sun also rises" en 1926. Ello hizo que esta popular fiesta se extendiera todavía más, sobre todo al continente americano.
San Fermín es una fiesta teñida de blanco y rojo (colores que se utilizan en la vestimenta típica de los mozos y las mozas navarras durante la fiesta), que actualmente se celebra del 6 al 14 de julio en la capital navarra, Pamplona.

Esta celebración tiene su origen en la Edad Media, que por entonces englobaba tres aspectos fundamentales que se conservan a día de hoy; en primer lugar, una serie de cultos religiosos en honor a San Fermín (primer obispo de Pamplona y co-patrón de Navarra junto a San Francisco Javier), las ferias artesanas y comerciales y por último las famosas corridas de toros. Pero en sus inicios la fecha de celebración no se corresponde con la actual. Antiguamente era el 10 de octubre la fecha que daba comienzo a la fiesta, pero los pamploneses cansados del mal tiempo, en 1591, decidieron trasladarla a junio, como actualmente.

El patrón San Fermín

Otra diferencia significativa respecto de la vigente fiesta es que en un principio no duraba nueve días, sino que tan sólo constaba de dos, que naturalmente se fueron ampliando hasta la actualidad. Por entonces la fiesta de San Fermín contaba con un pregón anunciador, obras de teatro, música callejera acompañada de danzas populares, comidas al aire libre y por supuesto corridas de toros.
Hacia el siglo XVIII se incorporó la famosa "Comparsa de Gigantes y Cabezudos" que animaba la fiesta por las calles, los saltimbanquis, los kilikis y los zaldikos. Y como última incorporación, ya en el siglo XX, destaca el famoso "Chupinazo" que se celebra en el ayuntamiento de la capital y con el que se da comienzo a las fiestas rojiblancas, así como un programa cultural donde, dividido por días y horas, se puede consultar el programa de actividades que rondan por toda la ciudad.

Encierro de toros acompañados de los mozos

En la actualidad, la fiesta en honor a San Fermín es una fiesta muy conocida y valorada por gentes de todos los rincones del mundo. Del 6 al 14 de julio la ciudad de Pamplona se llena de júbilo para conmemorar la celebración. Cuando el cohete ubicado en el balcón del ayuntamiento sube al cielo y explosiona en las alturas, da comienzo a los San Fermines, da comienzo la alegría de todos los navarros, da comienzo a una semana llena de vida. Por las calles de la cuidad todos los navarros disfrutan de un ambiente de fraternidad junto a las "charangas" y peñas así como de los "gigantes y cabezudos". Cada día de fiesta se comienza con el tan conocido encierro (825 m.) que recorre en su mayoría la calle Estafeta en dirección a la plaza de toros, acompañados todos de los mozos que corren al lado de los morlacos. Posteriormente la "juerga" continúa con los "caldicos", el chocolate con churros para reponer fuerzas y el almuerzo de media mañana. Por la tarde, reunidos junto a las peñas y charangas en dirección a la plaza de toros se disfruta de una corrida. Y ya por la noche y tras haber dado el fin de día oficial gracias a la colección de fuegos artificiales, continúa la algarabía nocturna por las calles de la ciudad.

La fiesta en honor a San Fermín cuenta con mucha tradición, mucha cultura y bastante expectación de gentes de todos los lugares del mundo. Una fiesta sin duda que hay que vivir desde dentro si en verdad quieres sentir los colores y la historia que comparten tan fuertemente todos los navarros cada año.

Sergio Serrano Castillo


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